15 de junio de 2009

El poder libre asháninca, Juan Santos Atahualpa y su hijo Josecito, de Pablo Macera

Pablo Macera y Enrique Casanto nos introducen en la memoria histórica y el universo simbólico del pueblo asháninca, presentando relatos inéditos sobre la rebelión de Juan Santos Atahualpa (1742-1752), que continuó su hijo Josecito, personaje legendario desconocido en la historiografía oficial, pero recordado hasta hoy por los asháninca como Niño Josecito. Este libro permite comprender por qué Juan Santos Atahualpa eligió la Selva Central para iniciar su movimiento, cuáles fueron las causas de la empatía entre su mensaje mesiánico y la cosmovisión de los pueblos amazónicos, y las estrategias políticas empleadas para unificarlos frente al enemigo hispano. Asimismo ofrece un primer registro de los símbolos faciales y huellas que se emplean en la vida cotidiana y ritual asháninca. Un aporte invalorable para conocer profundamente la cultura peruana.

El poder libre asháninca, Juan Santos Atahualpa y su hijo Josecito
Pablo Macera
268 pp.




Josecito, un auténtico "Dios de la paz", portando en sus manos dos báculos,
uno de madera chonta y otra de madera palmiche, símbolos de la resistencia y la paz respectivamente,
recorrió muchos valles llevando su mensaje de concordia.


Juan Santos Atahualpa, hijo de Cosai (José) Santoshi (Santos) Shencari (Shingari)
y de doña María Atahualpa Coya nieta del padre Sol y descendiente de los últimos incas.


Shevancaro (Cucaracha) fue un guerrero muy malo que carcomía a los heridos en los pies,
para que no caminaran y carcomía en las manos para que no pudieran agarrar las flechas.
Este guerrero era adivino y se convertía en cucaracha, para despistar.